Es la película más adulta de la saga, bueno, alguno se reirá de mi, si excluimos a los Ewoks del metraje, sería la más adulta con diferencia.
Con un Luke Skywalker que se ha convertido en todo un caballero Jedi, que va a rescatar a su amigo Harrison Ford (Han Solo) que ha caído en las garras de Jabba The Hutt, el fétido gusano mafioso que cronológicamente tiene su primera aparición en "La amenaza fantasma" acompañado de su fiel compañero Bib Fortuna.
Mítica pelea en el pozo del Sharlack o como diantre se escriba, con un Luke rebanando a diestro y siniestro con su resplandeciente sable de luz.
La aparición de los Ewoks a mi no me desagrada, me parecen unos personajes diferentes, una civilización bastante graciosa y unos tipos entrañables, no estaba de más para rebajar un poquito la tensión que llevaba arrastrando el film.
Esa tensión desemboca en el enfrentamiento final, en el que todos estábamos deseando, además, de igual a igual, no como cuando se enfrentaron en el Imperio contraataca, en la que Luke Skywalker perdió drásticamente la mano.
La pelea, sable rojo contra sable verde, es una de las mejores peleas de sables de luz de toda la saga (E incluyo también las tres primeras) Es posible que no supera a algunas en espectacularidad pero si en dramatismo.
Finalmente aparece el personaje mas enigmático de la antigua trilogía, y del que vemos su evolución en las precuelas, hablamos del Emperador Palpatine, el mal personificado que cuando trata de acabar con la vida de Luke, es asesinado por Vader.
Y si, Vader vuelve a ser bueno, ya lo predijo su esposa Padme, ella le dijo que él era bueno en realidad, y al final se cumplió, se sacrificó, pues al salvar a su hijo, murió irremediablemente por las heridas de los rayos láser.
Gran final, gran música, gran todo, que viva el cine, pero a pesar de todo, no logra atrapar a la primera e inolvidable entrega.
Valoración:*********(9/10)
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