Lo cierto es que no me gusta demasiado las películas belicosas, no sé, hay grandes clásicos bélicos en la historia del cine, pero a mi no me acaban de convencer, no le quito el mérito, pero a mi no me gusta demasiado, así como otros consideran clásicos instantáneos a películas como "Apocalipsis Now, Platoon, y todas esas".
Bueno a lo que vamos, no me apetecía mucho ver la Guerra de Hart, pero me animé por los componentes del film, Bruce Willis es mi actor favorito, y aún me faltan por ver dos de sus películas bélicas (Esta Guerra de Hart y las Lágrimas del Sol) y como también aparecía un fabuloso actor como es Colin Farrell, me decidí a verla sin miedo.
Como retrato de la Segunda Guerra Mundial (temática muy, pero que muy trillada) no está mal, pero lo que es realmente novedoso (O al menos para mi persona) es el funcionamiento de los campos de concentración, no para los judíos, eso ya nos lo sabemos, sino el funcionamiento de los Campos de concentración para los presos de guerra.
Podemos llegar a reconocer a los Nazis ("ligeramente eh, ligeramente) como personas que se comportan como humanos, tratando con mayor educación a los presos, casi como iguales, con cierta dignidad por así decirlo.
Otra temática curiosa es la del tema de los negros, el racismo contra ellos era preocupante, de hecho, es la subtrama más interesante del film, se nos presenta a un brillante Terrence Howard, un alferez que es acusado de asesinato, acusado falsamente y como es obvio, sin prueba alguna, a Colin Farrell se le pone como abogado defensor.
A Colin Farrell siempre le llueven las críticas por muchos de sus trabajos, dicen algunos que es muy mal actor, pero yo, sinceramente lo dudo, Colin es un buen actor, con papeles como este y como el de "última llamada" lo demuestra, que no enfocara correctamente el papel de Bullseye en "Daredevil" o del vampiro vecino en "Noche de miedo" no merece que se le vilipendie de esa manera tan fuerte, pero vamos, así es la gente.
Junto a Colin el carismático Bruce Willis, lo hace genial, como de costumbre, es un genio de la interpretación, y aunque en la película se comporte como un cabroncete, al final recapacita y es honorable como el que más.
A destacar la pequeña aparición, casi sin diálogo diría yo, de Sam Worthington, delgadito sin ningún músculo, quien le iba a decir a este chico que protagonizaría la película más taquillera de la historia, la deleznable Avatar.
Valoración: *******(7/10)
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