Ver a Arnold Schwarzenegger en un papel en el que no se le suele ver, es una auténtica delicia, y más si se tiene que enfrentar al mismo diablo para salvar la vida, mejor.
A los más nostálgicos "El fin de los días" se le parecerá peligrosamente a "la profecía" pero con más acción y más hostias, vamos al más puro estilo Schwarzenegger.
Cuenta la historia de una niña que nace para engendrar en el futuro al hijo del diablo, así que cuando crece, y se descubre quien es el diablo en persona, encarnado en Gabriel Byrne, quiere encontrarla para pinchársela, mientras que los fanáticos religiosos la buscan para matarla, en medio de todo está el bueno de Jericho, un policía atormentado por la pérdida de su familia a manos de un grupo de maleantes (Arnold Schwarzenegger) que tratará de salvarla de los fanáticos religiosos, de los satánicos, y del mismísimo Lucifer, Belcebú, Satanás o quien sea.
Empecemos por lo negativo, que es menos, y así acabamos antes y empezamos a elogiar todas las virtudes de la cinta:
En primer lugar, la historia está un poquito trillada, eso es así, todos conocemos esta historia, ha sido llevada al cine en múltiples ocasiones (Hasta con remakes, y si no, mirad el del 2006 de la Profecía original) y por lo tanto, todos sabemos más o menos como va a acabar la cosa, de ahi que no sorprenda a nadie, pese a ser muy divertida y llevadera.
Por otra parte, la duración es excesiva, dos horas que se hacen un poco largas para lo que la película tiene que contar, a veces demasiado rellano es negativo y contribuye a que el espectador se aburra como una ostra, por ende, abogo por hacer películas más cortas, cuando haya menos chicha en el guión, para no cansar.
Y por último, los efectos especiales, no es que sean malos, pero han envejecido demasiado mal, son un poco cantarines, sobre todo en la escena en el que el tipo se "desmorona" en el vagón del metro, o cuando el Diablo se transforma en ese bicho asqueroso al final de la cinta, sin embargo hay películas más actuales, cuyos efectos han evolucionado de peor manera, por lo que no nos tenemos que llevar las manos a la cabeza.
Y ahora a las partes positivas:
Arnold Schwarzenegger sigue demostrando que es un gran actor, y además, el papel de policía chungo, destrozado por los recuerdos de su familia y atacado por el alcohol, le viene como anillo al dedo, es realmente creíble, además, en las escenas físicas, destaca especialmente, como ha hecho durante toda su carrera cinematográfica.
Pero sin duda quien se lleva la palma en la película, es Gabriel Byrne, interpreta con clase y maestría al diablo.
Quizás la mejor parte de la película sea lo entretenida que es, es divertida (a su modo) y tiene las dosis de violencia y gore suficientes como para satisfacer a los más exigentes.
Para mi es un clásico, además de imprescindible para todos los fans de ese gran actor, llamado Arnold Schwarzenegger
Valoración:********(8/10)
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