De todas las adaptaciones de Drácula, quizás esta sea la más especial, pues data de 1931, y por así decirlo, es la que da el pistoletazo de salida a todos los cuentos, historias y películas sobre los vampiros, desde Crepúsculo hasta Underworld, de Blade, hasta 30 días de oscuridad, de Entrevista con el Vampiro a Van Helsing, por no nombrar apariciones en series de dibujos (Batman vs Drácula, o el Conde del Barrio Sésamo, si, el que enseña a contar a los niños pequeños) en definitiva, cientos y cientos de maneras de ver e interpretar a un mítico personaje literario, el Conde Drácula.
Y obviamente, muchos actores han interpretado a Drácula, quizás el más destacado sea Gary Oldman en la versión de Francis Ford Coppola, o incluso el grandioso Christopher Lee pero en lo que a mi respecta me quedo con Bela Lugosi, él es el Conde Drácula sin duda alguna.
Ya he visionado la mayoría de clásicos de la Universal, clásicos de monstruos obviamente, o al menos el tridente más importante, Drácula, Frankenstein y el Hombre Lobo, y la verdad es que la que menos me ha gustado ha sido esta, la de Drácula.
En cuanto a interpretación es maravillosa Bela Lugosi se convierte en Drácula así como Boris Karloff se convirtió en su día en el Monstruo de Franktenstein y Lon Chaney Junior se convirtió en el Hombre Lobo, y así sucesivamente.
Cuidado, no quiere de decir que sea mala, simplemente me ha parecido ligeramente inferior a otros clásicos de la Universal.
En lo que respecta a la fidelidad del libro, pues bueno, fiel fiel, lo que se dice fiel no es, si buscamos fidelidad es mejor irnos a la versión de Coppola, que trata con bastante fidelidad el libro, sin embargo (En los escasos 70 minutos que dura la película) en esta primigenia versión del 31, se pasan el libro por el forro, a mi me da exactamente igual, y sigue siendo un clásico, hacer algo como esto en la época actual, es poco menos que un sacrilegio.
El ritmo de la película es posiblemente lo peor (Junto con el doblaje español, que no es problema del film original, pero es que las voces en muchas ocasiones no concuerdan con cuando hablan los actores, queda todo fatal) sea el ritmo, el ritmo es lento lento, y los actores se ven en ocasiones demasiado sobreactuados, quizás influenciados por el cine mudo de no hacía demasiado tiempo.
También hay que decir que el blanco y negro ayuda a tapar ciertas carencias y a enmascarar unos escenarios de cartón piedra, demasiado teatrales para mi gusto.
Aún con todo esto sigue siendo un clásico imperecedero e inmortal del cine, una obra maestra de obligado visionado.
Valoración:********(8/10)
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