“Si
permites que se le quiten los derechos a un hombre, solo a uno, sabrás que tú
puedes ser el siguiente” Gran frase que resume la película, sin duda.
“Mi
nombre es Harvey Milk” es la historia de un político homosexual norteamericano,
que luchó por sus derechos y por los de todos los homosexuales, en una época
convulsa como eran los años setenta (Y más en la zona de San Francisco).
Probablemente
ahora debería dar un discurso sobre la homosexualidad y tal, sin embargo, no le
doy importancia con quien se acueste la gente, las personas, personas son, sean
altas o bajas, negras o blancas u homosexuales o heterosexuales, y lo cierto es
que viendo historias como la que aquí se relata, nos da bastante pena, la vida
de una persona homosexual en aquella época, personas marginadas de la sociedad,
vilipendiadas por las masas, tachadas de aberraciones y monstruos, cuando no
son más que personas que se quieren, una pareja, como mi novia y como yo.
Y es
que creo que el problema de la homosexualidad, es que los detractores olvidan
que los gays, antes de gays, son personas ¿Obvio no? No tanto, no quiero
comparar, porque sería un craso error, pero Hitler, olvidó que los Judíos, los
negros, los homosexuales eran personas y los exterminó.
Milk
es una historia desgarradora, triste y realista, las cosas no han avanzado
demasiado (Han avanzado, pero no lo suficiente) desde 1970, aunque parezca que
si, en pleno 2012, es evidente que no llueve nunca a gusto de todos, y siempre
habrá discordias entre lo que que es normal o lo que va contra la naturaleza,
soy ciertamente pesimista en este aspecto, pues creo que no llegaremos a nada
en absoluto, y que muertes como la de Harvey Milk, quedarán en saco roto, muy a
mi pesar.
Gus
Van Sant se redime del remake que realizó de Psicosis, con una película
ganadora de dos Óscar, una al mejor guión original (Un gran logro por cierto) y
otra a mejor actor (Segundo Óscar que logra Sean Penn, tras conseguirlo en
2003, por una de las mejores obras de Clint Eastwood, “Mystic River”.
La
película que dirigió gustosamente Gus Van Sant, no era muy engorrosa ni
complicada de dirigir Gus no se complica la vida y opta por eliminar toda
escena morbosa, o de corte sexual, al igual que el tema de las drogas y de los
hippies, supongo que no quiere focalizar la película en las relaciones sexuales
de los homosexuales, o en los locos años de la droga, sino en la lucha de los
gays por sus derechos civiles, por lo tanto, la incidencia de las escenas
escabrosas, es casi mínima.
El
que se lleva la palma es Sean Penn (“Algo pasa en Hollywood”, “Atrapado por su
pasado”, “La intérprete”), un actor que no le teme a nada, que se atreve con
todo tipo de papeles, y pornormas general, lo hace realmente bien, tras ver
imágenes del verdadero Harvey Milk, Sean Penn se mimetiza a la perfección con
el personaje, ofreciéndonos una versión muy cercana, y a priori, muy correcta
de la persona.
Como
compañero incansable de Penn está James Franco (“Trilogía de Spiderman”, “El
origen del planeta de los simios”, “127 Horas”) Tras comenzar muy bien, su
participación se va diluyendo cual azucarillo, sin embargo, su presencia se
agradece.
Otros
como Josh Brolin (El que se supone, malo de la película) siempre están
sobresalientes (A destacar el parecido de Josh Brolin con el tipo real al que
interpreta, realmente es acojonante) Emile Hirsch y Diego Luna, nos ofrecen
buenos papeles (¡Si hasta sale el tipo este de High School Musical, el
bailarín)
Realmente
recomendable para todos aquellos que les guste el cine bien hecho, y que
quieran ampliar sus horizontes mentales, por decirlo de alguna manera.
Valoración:********(8/10)
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