No conozco a Don DeLillo, nunca he leído nada de este escritor norteamericano, si sé que muchos le consideran un visionario, porque en el 2003, publicó la obra, cuya adaptación nos atañe hoy día, predijo acontecimientos económicos que nos afectan en la actualidad, de ahí que "Cosmopolis" sea considerado como uno de los exponentes del llamado "Cine de la crisis" que abunda en la actualidad.
El propio Cronenberg, dijo que adaptó el libreto de DeLillo en pocos días, lo cuál da mucho pensar de la adaptación que nos vamos a encontrar.
Yo no es que sea muy admirador de David Cronenberg, pero me aficioné a él con "Promesas del Este", con un acertadísimo Vigo Mortensen en el papel protagonista.
Por lo tanto, y confiando en el buen hacer de un talentosos director, y desoyendo las malas críticas que acompañaban a "Cosmópolis" me acerqué al cine más cercano para disfrutar, de lo que se supone es, una buena metáfora de la sociedad actual.
Robert Pattinson, en su afán por desarraigarse de la cultura que le rodea, la de ídolo juvenil de masas y sex symbol internacional (Yo, personalmente, nunca lo entenderé, pero así es).
Lo primero que pienso después de ver la película (Si, la he visto entera) es que Robert Pattinson no ha comprendido el papel que estaba interpretando, lo bueno para él, es que nadie ha entendido nada de nada, pero es que los que estábamos en la sala, tampoco lo habíamos hecho.
Todo en Cosmópolis es difícil de entender, muy, muy difícil de entender, Cosmólis es ver a Robert Pattison dialogando con una serie de personajes, cada uno más inteligente y más desagradable que el anterior.
Es completamente imposible memorizar algún diálogo de estos personajes, se creen absolutos y en posesión de la verdad, pero no hacen más que soltar incoherencias, una detrás de otra, sin orden ni concierto.
No es que la película sea rara (Que lo es) Por que películas que son muy raras, al final resultan ser obras maestras, el problema radica en que la película no tiene sentido alguna, son una serie de diálogos y de acciones vergonzosas (La del sexo en la limusina, cuando le investigan el ano) Pued entenderse como una metáfora acerca del hombre que vive para el trabajo, pero poquito más que decir.
Si hay algo salvable, son algunos fragmentos de conversación, que se pueden considerar levemente interesante, pero vamos, poca cosa, el tema de las ratas, de la frialdad en los negocios, pero no para sacar una película, si acaso un cortometraje, y de los muy cortos, por cierto.
Respecto a los demás actores, de risa, Paul Giamatti está ridículo hasta la extenuación, por no nombrar a los demás.
Aquel que dice, que el final es inesperado, debe estar vacilándome, una verdadera tomadura de pelo, por que es un final penoso y paupérrimo, como toda la película.
Valoración:*(1/10)
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