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lunes, 3 de junio de 2013

Daylight (Pánico en el Túnel)



La culpa es mía y solo mía por meterme en estos berenjenales, me lo tengo merecido, no puedo ver películas como “Pánico en el Túnel”, y aún así, y sabiendo lo que va a pasar, me las trago todas.
Me agobio sobremanera con las películas como estas, llámalo claustrofobia o llámalo equis, pero no puedo verlas de forma relajado, así que ruego que me disculpéis si no soy demasiado detallado en la trama, pero no quiero volver a revisionarla para mirar los detalles que he pasado por alta en la primera pasada.
Pero como aparecía el gran Sylvester Stallone, me puse a ello con ganas de disfrutar de una buena película de acción, sufrí, pero hasta cierto punto, lo pasé hasta bien.
Un accidente en un túnel (¡El horror!) Deja encerrados a un montón de personas, en serio riesgo de morir por inhalación de gases o vaya a saber usted porque.
Sylvester Stallone, nuestro héroe imperecedero, está fuera del túnel, y como no tiene otra cosa mejor que hacer, (Porque es yankee y los yankees son así, héroes por naturaleza.) decide meterse por una alcantarilla, esquivar hélices cortadoras de carne y meterse en el mismo sitio, para salvarles antes de que la muerte les encuentre.
En un principio, Stallone encuentra bastante hostilidad entre los supervivientes (Desconozco el porqué) pero acaba ganándoselos a todos, incluido un Viggo Mortensen, bastante antes de convertirse en Aragorn, el Montaraz, en la fabulosa trilogía de “El Señor de los Anillos” (Se le echó mucho de menos en “el Hobbit”, aunque tiene su lógica, pues los hechos sucedieron muchos años antes del nacimiento de Aragorn.)
Así que allá van todos, cuál compañía del anillo, tratando de escapar del túnel, con un perro incluido.
Y ahora viene el discurso del día ¿Qué coño pasa con los perros en el cine? ¿Por qué no se les puede matar? No lo entiendo, están muriendo personas continuamente, y hasta nos reímos, jaleamos y pedimos más madera, sin embargo, cuando muere un perro, todo el mundo se lleva las manos a la cabeza y se lamenta…A los perros les pasa igual que a los gordos, que nunca mueren, o lo hacen fuera de cámara (Hay honrosas excepciones, pero fijaos a partir de ahora en las películas y veréis como entran en la habitación y el gordo de turno, ya tiene la garganta rajada.) En definitiva, para sobrevivir en una película, lo mejor es ser un perro gordo, nunca rubia tetona o chico universitario capitán del equipo de fútbol americano, esos tienen todas las papeletas para palmar.
No lo había pasado mal en una película desde “Poseidón” con Kurt Russell, en cierta manera, “Pánico en el Túnel”, es parecida a la película del hundimiento del crucero, agobiante hasta el final.
¿Qué se puede decir de Sylvester Stallone? Pues que es un crack con todas las letras, como héroe no hay actor mejor, y cumple con creces su rol de rescatador en la película (Ojo, tampoco era muy difícil.) Pero se agradece verle en otra tesitura que no sea repartir balazos y explosiones a diestro y siniestro.
Solo la recomiendo si no eres como yo, y vas a disfrutar de ella, sino, pasad de ella e iros a ver cosas más tranquilas, lo agradeceréis.
Valoración:******(6/10)

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