"Glengarry Glen Ross" es el más claro ejemplo, de como pudedes hacer gran cine sin fastuosos presupuestos, grandilocuentes efectos especiales y carísimos decorados, simplemente, el buen cine se compone de dos cosas, que son una realidad, grandes guiones y grandes actuaciones, es decir, el buen cine se resume en la palabra "talento", talento del actor por interpretar su papel, y talento del guionista por crear una buena historia.
Gracias al cielo en "Glengarry Glen Ross" se dan esas dos cosas, y además, se nos presenta un supuesto aún más difícil, hacer una película con gente normal, con un trabajo de lo más vulgar y convertirla en algo interesante a nuestros ojos, a esto ayudan los fabulosos actores que aparecen en ella, desde el celebérrimo Al Pacino (Solo con la trilogía del Padrino ya nos quitaría el hipo, pero es que además es Tony Montana, en el precio del poder, entre otros), pasando por Alan Arkin (Papelón en "Pequeña Miss Sunshine") con la esporádica pero efectista intervención de Alec Baldwin ("Infiltrados", "El Aviador") y acompañado por gente de la talla de Ed Harris ("El show de Truman") Jack Lemmon (Quizás el que mejor trabaje en esta "Glengarry Glen Ross") Jonathan Pryce ("El mañana nunca muere" o "Piratas del Caribe") y Kevin Spacey ("Superman Returns" o "Seven")
La verdad es que todos trabajan de manera espectacular, Al Pacino, en su línea, con sus grandes diálogos, sus discursos y su filosofía personal, Jack Lemmon, llega a dar lástima, un pobre diablo que ve como sus días de gloria quedan cada segundo más y más lejos, Alec Baldwin, cuya escasa participación, deja con mal sabor de boca al espectador, pues lo hace realmente bien, y también Kevin Spacey, que ha nacido para hacer de cabrón, aqui lo vuelve a clavar.
"Glengarry Glen Ross" es de ese tipo de películas que se pasan en un suspiro, por norma general esas películas no suelen ser precisamente cortas, tampoco muy largas, simplemente, el guión te lleva hasta el final de manera suave.
El film es realmente sencillo, cuenta la historia de unos simples vendedores a los cuales les dan un ultimátum o venden más, o les echan a todos a la calle, el que más venda, ganará un Cadillac, el segundo ganará un juego de cuchillos, y el tercero se irá a la calle (He de suponer que los que queden cuarto y quinto, seguirán el mismo camino)
Aparte de ganar, se les proporcionarán unas fichas llamadas "Fichas de Glengarry" que según parece son oro para los depredadores que se hacen llamar "vendedores" capaces de matar a su madre, por hacer una buena venta, capaces de mentir, engañar, estafar, para conseguir la subsistencia personal, una verdadera lástima.
¿Qué pasa entonces? Pues que esas fichas son robadas, sin embargo, no son más que una excusa del director para mostrar las verguenzas de los protagonistas, que no dudarán en hacer lo posible para escalar posiciones en la pizarra.
Se queda lejos de ser una obra maestra, porque la historia no evoluciona correctamente, quizás si nos hubiese mostrado algo más las miserias humanas, lo hubiera logrado, a pesar de ello, logra una alta calificación.
Valoración:********(8/10)
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