Quizás lo mejor de toda la serie, es la introducción, generalmente cómica, que realiza el propio Alfred Hitchcock al principio de cada capítulo, precisamente, esa introducción, me ha parecido de lo más brillante de este episodio.
Alfred Hitchcock dice "Este capítulo es ideal si ha despedido recientemente a alguien, o si está pensando en hacerlo" En los momentos duros que atravesamos, los despidos están a la orden del día, y la crueldad también, aqui en "Angustia" veremos lo que le sucede a un despiadado empresario sin escrúpulos.
En los instantes iniciales del capítulo, el hombre dice que no se deben expresar las emociones, y que hay que tener un poco de dignidad, tiempo más tarde, el hombre tiene un accidente de tráfico, despierta poco tiempo después ¡paralizado!.
Efectivamente, totalmente paralizado, solo escuchamos sus pensamientos, un montón de presos de las cárceles cercanas acuden, pero no para salvarle ¡para robarle! efectivamente, tratan de robarle todo lo que lleva encima, el hombre trata de apelar a sus sentimientos, pero nada, al final todos pasan de él, y acaba en la morgue, casi desahuciado y pensando que va a morir.
Nadie le mira, nadie le atienda, trata de llamar la atención dando golpes con un dedo, pero no es suficiente.
El final, en principio, podía haber sido mejor, podía haber muerto, podían haberle enterrado vivo, hubiese sido muy tétrico, pero Alfred Hitchcock, prefirió dejarnos un mensaje a todos nosotros, no tratéis de ocultar vuestras emociones pues os pueden salvar la vida, y es que nuestro sujeto, paradójicamente, comienza a llorar, alertando así a los a médicos, grande Alfred Hitchcock, muy grande.
Valoración:********(9/10)
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