Una de las últimas películas del bueno de Mel Brooks, parodiando a Star Wars, protagonizada por Mel Brooks, el propio director del film, el fantástico y desaparecido John Candy, el mítico hombrecillo de Cariño he encogido a los niños, o los Cazafantasmas, o en la película que se hizo, de la serie de dibujitos, mítica y conocida por todos, Los Picapiedra (O el que podemos ver en la actualidad en la hora de José Mota, jajaja) Rick Moranis.
Mel Brooks interpreta al presidente del pais Spaceballs y también al maestro Yogurt, la parodia del maestro Yoda. No sé si habrá otro que piense lo mismo que yo, pero en lo que a mi respecta en ambos papeles me parece profundamente sobreactuado, no sé si es la tónica general de sus interpretaciones, pero es lo que siento después de visionar Spaceballs.
Junto a él, el que "se roba la película" con su gracia personal, es el bueno de Rick Moranis, siempre nos ha deleitado con grandes interpretaciones, aqui lo sigue realizando, hace una parodia aceptable de Darth Vader como casco oscuro, no logra ser temible pero lo intenta con todas sus fuerzas.
John Candy siempre ha sido un tipo, que hasta su trágico fallecimiento, a causa de un maldito infarto, segó su vida, a lo que iba, siempre me han gustado sus papeles (Solo en Casa, la Pequeña tienda de los horrores) y aqui interpreta al Chewacca más perruno, además con voz y voto y con mucho mejor carácter, el bueno de Vomito.
y Finalmente Bill Pullman, un actor que debutaba en el cine( Y si no debutó, fue uno de sus primeros papeles) con la desconocida La serpiente y el arcoiris de Wes Craven, conseguía el papel de Lone Starr, parodiando a Han Solo.
Bueno, lo bueno del film es que tiene un inicio muy bueno, con un cachondeo total que hace las delicias del público, el humor absurdo de Brooks tiene mucha presencia durante todo el metraje, (A mi personalmente me mata el momento de ¡Peinen el desierto! y se ponen a peinar la arena, literalmente, eso es mortal) pero sobrepasada la hora de película, la cosa comienza a decaer, pierde mucho fuelle y el ritmo decae estrepitosamente, no es que llegue a aburrir al personal, pero entre la voz en off de Constantino Romero leyendo en voz alta cada cosa, y que el film pierde fuerza cuando nos vamos a ver al maestro Yogurt, pues lo llevamos claro.
No está mal, es la Casi 300, o la Disaster Movie de la época, aunque con mejor calidad y mejores chistes obviamente, pero nada del otro mundo.
Valoración******(6/10)
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