Quizás el reparto sea la peor parte, es bastante flojito, nos encontramos con Anthony Hopkins, un tipo que adora estos papeles tipo Hannibal Lecter, un tipo listo calculador que conoce la situación y que juega con ella, Hopkins se mueve como pez en el agua en este tipo de películas, se le ve realmente comodo, disfruta y eso se transmite al espectador, ese disfrute, yo por ejemplo, no lo vi en películas como Thor o como el Hombre Lobo, dos de sus últimos trabajos.
Anthony Hopkins vuelve a realizar un papelón, lo hace bien de verdad, enigmático, sospechoso, hasta peligroso y acojonante, en definitiva, el típico papel que hace que Anthony Hopkins brille con luz propia en cualquier film.
Junto a Anthony Hopkins, debería de haber aparecido un actor que se equipare a su calidad, lo cierto es que aqui brilla por su ausencia, el acompañante y rival de Anthony Hopkins es Ryan Gosling, en el 2007 un actor, un poco desconocido, en la actualidad, Ryan Gosling está de moda, por sus papeles en Drive y en Crazy Stupid Love.
Ryan Gosling es una persona muy plana en realidad, no tiene mucha carisma, no destaca precisamente en nada, se queda quieto, con una cara de sosaina que echa para atrás, y se dedica a pasearse por la película, sin mucho conocimiento, sin llegar a transmitir nada al espectador, en Crazy Stupid Love ya le vi un poquito soso, habría que ver en Drive, que según me parece, va por los mismos derroteros, sin mucha diálogo y con acción.
Los secundarios, están compuestos por Billy Burke, el famoso padre de Bella en la saga de Crepúsculo, el Freddy Mercury con esos bigotones.
La película cuenta como el padre de Bella, se está liando con la mujer de Anthony Hopkins, este, en acto de venganza, le mete un tiro matándola, pero luego hace sus movidas y nadie puede probar que asi sea, con un juego del gato y el ratón.
Lamentablemente se desarrolla demasiado leeeento y de forma tediosa, por lo que no acaba de convencer y aburre.
Valoración:******(6/10)
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