Iba un día haciendo zapping alegremente cuando me paro en un canal (Alabado sea) donde sale Scarlett Johansson, el magnetismo animal que desprende esa hembra me llamó, durante unos segundos miré su cara y su cuerpo, tiempo después (Mucho tiempo después) me fijé que al lado estaba nada más y menos, que Chris Evans, el Capitán América, (Con el que luego coincidió en “Los Vengadores”, peliculón.)
Empecé a hacer memoria y no conocía la película, lo cual no dejaba de ser extraño, así que como solo llevaba un ratito empezada dije, ¡Qué demonios! Y me puse a verla (Siempre quise decir ¡Qué demonios! Es una expresión de película, si la dices aquí, piensan que eres gilipollas, así que la escribo).
La película era el sexagésimo noveno ejemplo del trauma norteamericano con la Universidad, y oye, quizás si instauráramos ese trauma en España las cosas nos irían mejor…
Viendo cine, me he dado cuenta de una cosa, en EEUU la mentalidad es diferente, es a lo grande, como las hamburguesas, son educados para ser los mejores, mejores que el de al lado, los más listos, los más fuertes, los más guapos, los que no son “mejores” acaban en la mugre mientras que la élite va a la universidad, paga un dineral, y mantiene la rueda en movimiento.
Para muchos, hay una delgada línea que separa la mugre del éxito, es que te admitan en la Universidad, de ahí que se creen ansiedades entre la juventud, que si Harvard, que si Yale…
El cine ha reflejado en miles de ocasiones este “problema” social y esta película es otro ejemplo de ello, un grupo de chavales desesperados, tratan de robar las respuestas de un examen que deparará su futuro para siempre.
Ver los orígenes de una estrella como Scarlett Johansson, siempre es fantástico, a mi por lo menos me mola mogollón, me parece que tiene una erótica insuperable, no es un saco de huesos de esos que pululan por Hollywood, tiene curvas y tiene formas, y personalmente, me gusta más eso que pincharme cuando abrazo a alguien.
Si a todo esto, le añadimos talento (Recordemos que el mismísimo Woody Allen, la ha elegido hasta en tres ocasiones para salir en sus películas, siguiendo la estela de Mia Farrow y Diane Keaton.) talento para salir en una película como “Scoop” y después convertirse en La Viuda Negra en una de las películas más taquilleras de todos los tiempos.
La réplica se la da Chris Evans, yo, siempre me jacto de haber conocido a Evans cuando era un Don Nadie en “No es otra estúpida película americana”, después hice la croqueta de la felicidad cuando le nombraron Antorcha Humana, para más tarde tirarme por la ventana (De alegría, no con ánimos suicidas) cuando le nombraron “Capitán América”, me cae genial, en cierta manera le admiro.
Es entretenida, para pasar un rato divertido.
Valoración******(6/10)
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