Hay que reconocer que Dacascos tiene (O tenía) una condición física totalmente envidiable, sin embargo y pese a esto (Condición muy importante para que un héroe de acción) tiene cero carisma, pero cero, y quizás ese fue el motivo por el cuál ha acabado, donde ha acabado.
Y he de decir, que conozco a muchos actores de acción cuyo fuerte, precisamente no es el carisma, caso aplicable a estrelles del mundillo como Chuck Norris, Steven Seagal o Jean Claude Van Damme, sin embargo, han sabido crearse un personaje, más o menos acertado y han tirado adelante (Hay que reconocer que estos tres, tienen su público, aunque sea en películas de serie B o directas al DVD) Sin embargo, me da la sensación de que Dacascos, va a ser siempre igual, lo cuál es una pena, pues me habían hablado cosas buenas de este hombre.
De todas maneras, voy a tener la oportunidad de ver hasta cinco películas de Dacascos, así que supongo que mi opinión se irá cincelando de manera más correcta según vaya viendo producciones suyas.
En la película Dacascos quiere dejar atrás un mundo de acción, un mundo al que pertenecía como agente de la típica agencia gubernamental de los Estados Unidos.
Así que decide dejar ese mundo atrás para hacerse ¡¡Sacerdote!! Si, un cura, supongo que por estar tan acostumbrado a repartir hostias, el trabajo le vino de lujo.
Dacascos, de deja inflar a hostias por unos pandilleros para no descubrirse, y esa ira que guarda dentro de su cuerpo santo, lo saca repartiendo hostias a un barrote de metal y haciendo gimnasia de la buena, viviendo debajo de una vía del tren, todo un sufridor.
La película es mala de solemnidad, en ningún momento logras empatizar con el personaje principal, porque es más inexpresivo que una piedra, además el argumento es de cuchufleta.
A no ser que la película os llame mucho la atención, porque sois grandes admiradores de Mark Dacascos, es mejor que paséis de ella y os dediquéis a otro tipo de quehaceres.
Valoración:***(3/10)
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