Me hablaron de "Mad Men" y me llamó la atención, sin embargo me disuadieron las siete temporadas que dura, aún con todo y auspiciado por el mundo de la publicidad, que siempre me ha llamado poderosamente la atención y por los carteles promocionales, que hay que reconocer que están muy pero que muy currados.
La serie nos ubica en la década de los sesenta y hay que reconocer el esfuerzo de los creadores por transportarnos a esa época mágica, durante los 45 minutos que dura el capítulo vivimos en los sesenta, respiramos ahogados entre el humo de cigarrillos y sudor y nos derretimos junto al hielo en los vasos de whisky y es que aunque sea lenta en su desarrollo, "Mad Men" derrocha clase y estilo por los cuatro costados, además, creo que desarrolla muy bien los personajes, son poliédricos, alguno dirá, bueno, es una serie, es normal que los personajes estén desarrollados, tienen mucho tiempo para hacerlo.
No, error, hay miles de series en las que tenemos que tragarnos a personajes planos y aburridos, aquí cada uno tiene sus miedos, sus ansiedades y sus problemas graves, "Mad Men" tiene en los personajes a uno de sus pilares más importants, sin duda el otro es la ambientación y lo bien que refleja la sociedad norteamericana de la década de los sesenta, la sociedad americana en el ámbito familiar, la sociedad en el trabajo y sobretodo el comportamiento de los hombres respecto a las mujeres.
Los hombres, los ejecutivos, son unos seres que van a trabajar y tienen mujer, hijos y amante y esto es así ¿Por qué? Porque si, porque así se funcionaba en aquella época, los hombres con corbatas se pasaban la vida fumando, bebiendo y acosando a las secretarias que poco menos que tenían que agradecer a los hombres el haberles contratado y reirles todas las gracias porque sino, a la calle que van.
El protagonista de la serie es Don Draper, interpretado por Jon Hamm, dota de vida y de carisma al personaje, es un actorazo y lo demuestra, probablemente cuando finalice "Mad Men", podrá dar el gran salto al cine, se rumorea que aparecerá en la película de "Doctor Extraño" mas todo son rumores.
Draper es un personaje tan complejo, que es un desertor del ejército norteamericano, cambiándose de identidad en medio de la guerra de Corea y empezando una nueva vida.
Otro de los puntos más importantes de "Mad Men" es la bella January Jones, a la que tanto he echado de menos en "X-Men Días del Futuro Pasado", interpreta a la típica mujer de la época, perfecta y sin salirse del guión, aunque en realidad está plagada de traumas y problemas y sobretodo de inseguridades respecto a su relación matrimonial con Draper.
Otro punto muy importante, y bajo mi punto de vista el mayor fallo de la serie es la historia que envuelve a Elisabeth Moss, que interpreta a Peggy, la secretaria de Draper que acaba convirtiéndose en una publicista más de la firma, se enrolla con el pérfido y malvado trepa interpretado por Vincent Kartheiser y se queda embarazada, sin embargo no lo sabe hasta que a los nueve pases pare.
Si, ya sé que me saldrá alguno diciendo que estos casos son reales, bien, pues yo no me los creo a no ser que padezcas un importante retraso y precisamente, el personaje interpretado por Moss no es imbécil, lo que hay aquí es un fallo de guión del tamaño del Titanic, hay que asumirlo y seguir adelante.
Eso si, la serie me ha resultado demasiado lenta hasta para mi gusto, hay que darle cuartelillo al menos hasta la tercera temporada porque está comenzando y asentando las tramas y merece respeto y tiempo pero más le vale ponerse las pilas, por ahora aprueba con holgura, eso sí, tengo ganas de que se empieza a animar.
Valoración:******(6/10)
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