Las tonterías de las tres dimensiones ya datan de 1953, entiendo que en la época fuera una novedad y que la gente hiciera colas enormes para poder disfrutar de "Los crímenes del museo de cera", me ha hecho gracia comprobar que los mismos e innecesarios métodos para lograr profundidad, se realizan tanto en 1953 como en pleno 2014, en este caso, tiene que salir un personaje con unas palas de tenis de mesa lanzando pelotas a la cámara, vamos, lo mismo que hacen en las películas de ahora que tiran objetos a la cámara para "asustar" al público. Como vemos en líneas generales todo lo de las tres dimensiones es un fracaso absoluto.
"Los crímenes del museo de cera" me ha resultado una maravilla, excepcional en todos los sentidos, propia de un genio brutal como Vincent Price, para mi, el actor con más clase de los maestros del terror.
La historia es muy sencilla, me atrevería a decir que es hasta ingenua en ciertos aspectos, el maestro escultor interpretado por Vincent Price, se niega a hacer esculturas morbosas, basándose solo en los aspectos históricos de la humanidad, sin embargo, su socio, quiere recuperar la inversión y por ende, quema el museo con Vincent Price dentro, para cobrar el seguro, por lo que acaba saliéndose con la suya, mientras cree muerto al siempre genial Price.
La historia, es que Vincent Price no ha muerto, eso si, ha quedado desfigurado y se decide a abrir un nuevo museo, para ello va asesinando a la gente y la va convirtiendo en cera, por lo que comienzan a sospechar.
Una de las chicas protagonistas, visita el museo y reconoce en Juana de Arco a su amiga asesinada (Cuyo cuerpo además ha sido robado de la morgue) Comienza a tirar del hilo y avisa a las autoridades.
Mientras tanto, se descubre que Vincent Price es el asesino y que está completamente desfigurado, para poder pasar desapercibido, lleva una máscara de cera y va sobre silla de ruedas, obsesionado con la figura de cera que tenía de Maria Antonieta, arde en deseos de cazar a la chica para que se convierta en pieza indispensable de su museo, que además, parece tener bastante éxito con una fórmula que combina lo grotesco con lo histórico.
Llama la atención, que uno de los acompañantes de Vincent Price, sea un joven Charles Bronson, famoso por las películas de acción y por ser un justiciero bastante pocho (No al nivel de Chuck Norris, pero por el estilo) Así pues la primera vez que le vi, fue en un par de capítulos de la célebre serie de televisión "Alfred Hitchcock Presenta", aunque también podemos verle en grandes películas, como el western "Los siete magníficos".
La película, como ya digo, es un canto de amor y de nostalgia a todas aquellas películas míticas de terror al más puro estilo Hammer, todo muy victoriano (Aunque nos hayamos en Nueva York) misterio, niebla, asesinos criminales...y un inconmensurable Vincent Price.
Lo cierto es que el maestro Price luce demasiado bien siempre, pero brilla especialmente bien cuando es un villano, a la vieja usanza, Vincent Price sigue escalando en la montaña de mis actores predilectos, siento una gran devoción por su persona.
Tengo muchas ganas de ver la precuela, o bueno, la primera versión de Lionel Atwill, una película muy parecida a esta, pero que data, ojo, de la maravillosa década de los treinta.
Valoración:********(8/10)
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