Según mi criterio, Nymphomaniac: Vol. I funciona algo mejor que Nymphomaniac: Vol. II, funciona mejor porque es un flashback bastante bestia, desde los inicios hasta la mitad de su vida, progresivamente la joven Joe (Interpretada por la desconocida y genial Stacy Martin) va descubriendo la sexualidad, explorando su promiscuidad y desarrollando cada vez más su patología, de la cuál además, no pretende ser curada.
Stacy Martin desaparece para comenzar la "era" de Charlotte Gainsbourg, que sigue enamorada profundamente de Shia LaBeouf, sin embargo, un buen día pierde el placer sexual y empieza a buscarlo en diversas cosas, allí encuentra a Jamie Bell, que la iniciaré en el peligroso mundo del sadomasoquismo, una manera que encuentra Joe para saciar sus múltiples instintos sexuales.
Mientras tanto, Charlotte Gainsbourg, sigue relatando toda la historia de su vida al bueno de Stellan Skarsgard, que nos revela que es virgen, por no se que historia (Un "Deus ex machina" de campeonato, mejor no nos lo podía haber colado el bueno de Von Trier). Lo que pasa es que el primer volumen fatiga sobremanera al espectador (Si es que lo ves seguido, como es mi caso).
Sin embargo, en su afán adoctrinador, Lars Von Trier vuelve a repetir su error en "Nymphomaniac. Volumen 2", en vez de limitarse al drama de la vida de Joe (Que tiene bastante) Lars empieza a volverse loco y a divagar con cosas como Bach y su música, la pesca y los peces, los judíos...
Además, me da la sensación de que Von Trier pervierte el debate, no se puede juzgar al ser humano por una óptica, de ahí que no esté para nada de acuerdo con la frase "La sexualidad es la fuerza más grande en los seres humanos", una interpretación sectaria y freudiana del asunto.
Y además de todo esto, Von Trier lanza un dardo contra la masculinidad cuando el personaje de Stellan (Supuestamente virgen y casi eunuco) se introduce en la cama de Charlotte Gainsbourg para consumar el acto sexual con ella y acaba palmando ¿Todos los hombres son iguales? No, pero si durante cuatro horas le les comes la cabeza hablando de lo fresca que eres, posiblemente si ¿Es una idea no?.
Los actores siguen en su línea, bien, los puntos discordantes eran los de Uma Thurman (Fue rodar la mierda esa de la ex-novia y no levantar cabeza) y el operado Christian Slater, que aquí solo aparecen unos escasos segundos.
Sigo diciendo que corta mucho el rollo la parte metafísica y filosófica emporrada de Stellan Skarsgard y Charlotte Gainsbourg, queda mejor la interesante narración de la historia de Joe, una verdadera lástima, aún con todo, excepcional ejercicio de cine de Lars Von Trier, que nos vendió la película como pornografía para ganar más dinero, cuando era la primera vez que hacía algo decente.
Valoración:*****(5/10)
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